Menú

Palinodia de Pecadores

Atacar la corrupción kirchnerista para acabar con el peronismo.

Jorge Asis - 28 de junio 2016

Cartas al Tío Plinio

Palinodia de Pecadores«No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento».
Lucas 5:32

Tío Plinio querido,

La sociedad merece que Lázaro, el gran pecador, se arrepienta.
Como lo impulsan los colegas superiores desde hace cuarenta días.
Pero el pecador, aunque amague, no se arrepiente un pepino. Los deja, hasta hoy, «pagando».
De puro perverso, Lázaro demora el canto de la palinodia. La ceremonia de retractación que purifica el alma arrepentida.
El canto de la palinodia suele confundirse aquí con el cántico extendido de la delación. Se transforma al cantor en buchón.
Pero ánimo. Esta es una primicia colectiva. El arrepentimiento de Lázaro se va a dar.

Línea de corte

Palinodia de PecadoresLa palinodia de Lázaro resulta fundamental, tío Plinio querido, para trasladar las culpas hacia La Doctora. Deschavarla como Jefa de la Asociación Ilícita. Atarla al poste.
Pero La Doctora tiene la palinodia imposible. No se le abre el sendero de la buchonería. Es tarde hasta para cantar.

Pero cuando el pecador se arrepiente compulsivamente, no existe, en ningún credo, la salvación espiritual.
Aquí entonces se presenta como graves pecadores a los cuatro hijos de Lázaro. Para quebrar la «línea de corte».
Lázaro estaba en condiciones de concentrar la totalidad del pecado en su vida asumida de pecador. Sin que la culpabilidad subiera.
Para salvar del pecado compartido a sus hijos, a Lázaro no le queda, tío Plinio querido, otra alternativa que tomar la lira y cantar.
Antes que López, El Neolopecito, le gane de mano.
Neolopecito es el pecador furtivo que unifica milagrosamente la delincuencia con la teología (cliquear). Cayó al Purgatorio de Ezeiza para acaparar la concepción del pecado. Sin posibilidad de salvarse, El Neolopecito nada pierde con ponerse a entonar, como si estuviera en su campaña de gobernador de Santiago del Estero.
Si Neolopecito canta primero, la palinodia de Lázaro será, en todo caso, un concierto inútil. No habrá juez ni -sobre todo- periodista que se disponga a escucharlo.

Un poste para La Doctora

Ninguna novedad. Quieren apresar, tío Plinio querido, a La Doctora. Se lo merece. Porque «sabía».
Palinodia de Pecadores«Vaya si sabía», confirma el discípulo vocacional de Tomás de Torquemada.
De ningún modo nuestro Torquemada acepta que Néstor, El Furia -el visionario que recaudaba desde el Moisés- la hubiera «pasado al cuarto».

A La Doctora hay que atarla a un poste por su importancia simbólica. Por las culpas terribles de la hotelería. Como lo propagan las pudorosas damas afectadas por el Síndrome TN.
Debe saciarse, sobre todo, el voluptuoso deseo de venganza de El Beto.
Es el Cesar dueño de la Argentina, máximo ejemplo moral. El que sobrevivió en la Guerra de Convalecientes (cliquear).
El Beto la quiere no sólo procesada a La Doctora. La quiere adentro. Para atarla al poste. Sin derecho a la palinodia. Como el que aún tienen El Neolopecito o Lázaro.

Los albigenses

Para Mauricio, en cambio, sería preferible mantener a La Doctora, tío Plinio querido, afuera. Pero ensartada. Al menos durante un año más.
Paralizada entre indagatorias, imputaciones y procesamientos. Entregada a la impotencia de los tuits.
Todo sea para mantener divididos a los cátaros de la oposición. Los albigenses del peronismo.
Palinodia de PecadoresEl objetivo es destruir a la «política vieja», que pacientemente se destruye sola. Basta con identificarla con las excavadoras de Lázaro, con los bolsos místicos de Neolopecito.
De lo que se trata, tío Plinio querido, es de aniquilar a los albigenses.
Las palinodias que se aguardan, de Lázaro o Neolopecito, facilitan que los peronistas que quedan, empachados de Rivotril, se oculten debajo de la cama. O que planifiquen viajes súbitos. Para borrarse con la técnica del hermetismo.

«¿Para qué voy a salir? ¿Voy a poner la cara por López o Lázaro?», reflexiona el presidenciable. Relajado por el Rivotril, se oculta detrás de la computadora.
Pero en el horizonte no asoma ningún tiempo más adecuado para hablar. Porque en un par de meses va a ser peor. Sin épocas propicias para que un albigense saque la cabeza.

Arcanos

Palinodia de PecadoresCon el pretexto de castigar la obscenidad corrupta del kirchnerismo, lo que se busca es acabar, tío Plinio querido, con el peronismo. A más tardar en 2017.
Siete décadas de historia y de mitificaciones para que se lo lleven puesto, al peronismo, desde Internet. A través de los tuiteros implacables que se juntan en el piso de Balcarce.
Nada importa hoy que persistan peronistas oportunamente adversarios del kirchnerismo patológico. Sobre todo porque los mezquinos, comandados por El Furia, los dejaron afuera. Con «la ñata contra el vidrio».
Se comieron el pastel entre los pocos pecadores elegidos por El Furia. Los que participaron del festejo que ahora deben pagar todos los peronistas. Incluso hasta los peronistas captados. Los peronistas perdonables que encontraron un lugarcito tibio en el Tercer Gobierno Radical.

Palinodia de PecadoresDespués de atar a La Doctora al poste de la hoguera, se va a ir, aunque sin gran convicción, por El Julio.
De Vido es el pecador más complejo. El verdadero hombre fuerte de la patología. Es albigense.
Aunque ¡cuidado! Ir por el Julio es una manera de ir, también, tío Plinio querido, por sí mismo. La fila de enchastrados, para atar a la rueda, es interminable.

Dígale confidencialmente a tía Edelma que los arcanos del arrepentimiento, en el tarot, son el 5 de copas, el 2, el 3 y el 9 de espadas, y por último el 10 de bastos.
Pero que por favor no se lo cuente ni a La Otilia, que es fatal.

Relacionados

Estadista de suerte

Por el patriótico desgaste, el Presidente reclamaba piedad.

Jorge Asis - 29 de agosto 2016