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El cristinismo como anulación del kirchnerismo

No se conforman con chocar la calesita. La vuelcan.

Osiris Alonso DAmomio - 15 de junio 2012

Consultora Oxímoron

El cristinismo como anulación del kirchnerismoescribe Osiris Alonso D’Amomio
Consultora Oximoron, especial
para JorgeAsísDigital

Para Consultora Oximoron, el dilema principal de la Argentina no es económico. Es político.
El gobierno a la deriva, en su naufragio, instala el espejismo de la catástrofe económica. Que de pronto es real.
Cuando la política se recompone, cuando se alcanzan niveles racionales de credibilidad, la economía, con facilidad, aquí se encarrila.
Pero nunca con esta gente. Predispuesta -con énfasis- a estrellarse.

Cancha inclinada

El cristinismo abusa. Juega contra Nadie, en la cancha inclinada, a su favor.
Pero previsiblemente le brota el hartazgo de la sociedad sin representación.

La audacia del cristinismo suele ser admirable. Abusa cuando celebra los fracasos del kirchnerismo. Los tergiversa. Como si fueran triunfos.

Impunidad de la comunicación. Ofensas a la inteligencia (enfrente queda sólo el hartazgo).

El cristinismo como anulación del kirchnerismoEl kirchnerismo es la etapa anterior del cristinismo que viene, con sus modificaciones, a borrarlo. Anularlo.
Mientras, verbalmente, lo enaltece. Con la palabra, pero lo modifica con los hechos. Y con el aplauso mudo, casi impotente, de -incluso- algunos borrados.
Los que tuvieron la suerte, bastante relativa, de permanecer. Como Aníbal Fernández, ex Premier. O Julio De Vido, Superministro en retirada.

O los que trinan, con el elocuente silencio de la ausencia. Son los borrados-marginados, inaceptables hasta para aplaudir.
Los descartables. Ricardo Jaime. Alberto Fernández. Claudio Uberti. O el mismo Rudy Ulloa Igor.
Exponentes del kirchnerismo que fue anulado por el cristinismo.

Nuestra César decide utilizarlos como alfombras. Pasarlos por encima. Bonetearlos.

Aníbal y Julio

1) Aníbal, el hiperactivo que se esmeró en las defensas, suele desperdiciarse en la ociosidad del Senado.
Atraviesa el momento ingrato de la desconsideración. Tuvo a su cargo la Seguridad, durante un lustro, junto al extinto Néstor Kirchner, El Furia.
Mantuvo Aníbal, el manejo de la Seguridad, hasta aquel litigio facturado del Parque Indoamericano.
Con los muertos olvidados. Producidos -para Consultora Oximoron- desde la guardia armada del Obrador. De la Constructora quebrantada de las Madres quebradas.

La Federal y la Metropolitana compartieron el garrón.

El cristinismo como anulación del kirchnerismoPara pasar, la Seguridad, con Nuestra César, al control -una manera de decir- de la señora Nilda Garré. La oponente interna de Aníbal.
Pero Nilda, que en un momento de proyección quiso ser Dilma, fue intervenida, a su vez, a través del licenciado serial. El doctor, senador y teniente coronel Sergio Berni. El Héroe que resolvió el conflicto administrativo del Parque Indoamericano. Con una bolsa de cincuenta millones de espiritualismos, para distribuir.

Hoy la Seguridad está más anárquica que antes. Sigilosamente obstinada en desmembrar la estructura del equivalente de «Buenos Aires, la provincia inviable» (cliquear).
Para hostigar a Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Plantea la herejía de sucederla (si Nuestra César no se quiere quedar).

Con su envidiable juego de piernas, Scioli es «el misterio de la presencia ausente». Combina la expresiva lealtad, hacia Nuestra César, con la ostensible diferenciación. Y paulatinamente se le escapa.
Ya ni tiene sentido «caminarlo». Porque, quienes lo «caminan», desde la Cooperativa de Crédito 25 de Mayo, también tienen ganas de ponerse los cortos. Para jugar un picado en La Ñata. O aspiran sólo a fotografiarse, como Moyano. O conseguir, siquiera, cinco minutos en la oficina del Bapro.

2) El maltrato hacia Julio De Vido es el más significativo. Aún no se calibró la magnitud del desplazamiento.
Los empresarios, los sindicalistas, los gobernadores y mini-gobernadores, solían confesar que, en «este gobierno demencial», sólo podían entenderse con De Vido.

«Con él, por lo menos, se podía hablar, cerrar algo», confirman.

El cristinismo como anulación del kirchnerismoLa pérdida de influencia de De Vido es tomada, por los estudiosos del kirchner-cristinismo, como un triunfo temporario de Zanini, El Ñoño.

De Vido y Zanini, dos pilares contrapuestos. Radialmente enfrentados.

Con ambos pilares, El Furia supo edificar la precariedad del proyecto. Ideal para recaudar manguitos en el IDUV (Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda de Santa Cruz).
El localismo llegó a consagrarse en el orden nacional por la magnífica equivocación de Eduardo Duhalde. El Piloto de Tormentas (generadas).

El Pilar Económico, o sea la Caja, a cargo de De Vido. Y el Pilar Jurídico a cargo de Zanini, que reordenaba los dislates del Pilar Político, que centralizaba El Furia.

El único en condiciones de hacer Política y Caja. En simultáneo.

Canales

Nuestra César hoy lo vacía a De Vido para cargarlo a Axel Kicillof.

Primero fue la Energía, que estuvo a cargo de Julio, por orden de El Furia.
Pero también lo despojaron de Transporte, para renacimiento transitorio de Randazzo, que venía cansado de sellar cédulas.

A Julio le facturan los 51 muertos. Junto al amigo Claudio Cirigliano (al que le deben 300 millones de pesos).
Para impulsar un gran cambio. Revolucionario en la materia. Pasar los trenes, desde Cirigliano, hacia los baluartes Gabriel Romero y Aldo Roggio.

El cristinismo como anulación del kirchnerismoPara desgastarlo, por último, con la extirpación gestionaría de la Vivienda. En un alucinante Plan que mantuvo, en el estrado, a «los que trabajan». Lo dijo Nuestra César en la presentación. Ante seres abnegados del sacrificio, como José López. Más conocido, en el Portal, como El Neolopecito.
Con seguridad, sin los mismos vicios -y sin las virtudes del inolvidable Contador Galera-, El Neolopecito hoy se ubica detrás de Axel Kicillof, El Gótico.

Es El Gótico el nuevo hombre fuerte del cristinismo. Supo cautivar a Nuestra César. Como también supo cautivarla, en su momento, Amado Boudou. El Descuidista. El error más bochornoso de su trayectoria.

Al cristinismo revolucionario, Axel llegó como Amado. Por intermedio de un canal.

Kicillof desembocó, en las costas del cristinismo, a través del canal de Marianito Recalde.
Desde Aerolíneas, Recalde y Kicillof supieron inspirar a Alejandro Nieva, auditor de la nación. Ambos marcan el rumbo.

Porque YPF sigue el ejemplo contagioso de Aerolíneas. Ampliaremos.

Amado, en cambio, llegó por el canal de Sergio Massa. Otro caído en la marginación presidencial que debiera ser, otra vez, cautivado.

El cristinismo como anulación del kirchnerismoPara evitar que Massa profundice su alianza con Daniel Scioli, aquí tratada en «El momento de romper» (cliquear).

Como marginado, Massa es siempre más peligroso que el poeta Alberto Fernández. El marginado mayor.

El Poeta nostálgico deambula por los canales de cable en pos de su resurrección. Invoca la condición de fundador del kirchnerismo. Y sigilosamente estimula la formación del ticket más expresivo para el 2013.

«Lavagna Senador, Alberto Diputado».

«Olvídense, porque Lavagna nunca le va a aceptar», confirma la Garganta. Estropea el remate del Informe.
«A Lavagna no le gusta la poesía de Alberto, no lo valora», continúa.

La Garganta sostiene que Alberto se equivoca. Al pretender la confrontación del primer kirchnerismo, sin Kirchner, contra el cristinismo que lo anuló.
También, para la Garganta, el Poeta se confunde. «Porque la viuda es Cristina, y no él».

Nuestra César, La Viuda, que tiene todo su derecho a modificar la política del extinto. Hasta anularlo.

Osiris Alonso D’Amomio
sobre informe de Consultora Oximoron
para JorgeAsisDigital.com

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