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Elecciones amistosas

Internas al cohete, primarias, simultáneas y obligatorias, del domingo 14 de agosto.

Jorge Asis - 9 de agosto 2011

Cartas al Tío Plinio

Elecciones amistosasTío Plinio querido,

Es explicable que La Otilia -cada vez más descocada-, y la tía Edelma, no le encuentren, allá, en Punilla, el sentido de las elecciones del domingo.
Las internas simultáneas, primarias y obligatorias. Las elecciones más irracionales de la historia.

Son como las reales. Pero al mismo tiempo son falsas.
Elecciones, digamos, amistosas. Como los partidos de fútbol del verano. No están en juego los tres puntos. Tan caras, en realidad, como innecesarias.

Es una suerte de entrenamiento con público obligado a presenciarlo.
Sirven para saber cómo están parados los candidatos que ya fueron arbitrariamente elegidos.
En el fondo, las elecciones amistosas, «primarias y obligatorias», simultáneas del 14 de agosto, no tienen el menor sentido.
Que tía Edelma y La Otilia no se obstinen en encontrarlo. Perdieron la razón de ser.
Es el aporte expresivo para la masturbación socialmente colectiva.

Elecciones amistosasCuando el sistema jurídico confronta con la sensatez, estamos, tío Plinio querido, en problemas.
Las elecciones, cuando son meramente deportivas, banalizan la democracia que nunca recuperamos. Porque llegó servida. Después del descalabro del Proceso Militar.

Los miserables

Entonces nada importante, el 14 de agosto, está en juego.
Salvo las alquimias conjeturales de los analistas. Y la suerte personal de las segundas líneas.
Para medirlo al Gordo Ishi, y a los postulantes a las mini-gobernaciones de Quilmes y La Matanza, no se debe fastidiar a toda la sociedad.
Se juega, también, el piso de las estructuras mínimas de los miserables.

Para seguir con el juego, los miserables -que nada tienen que ver con «los miserables» de Víctor Hugo-, tienen que sacar, en el entrenamiento del domingo, más del uno punto cinco de los votos.
Elecciones amistosasEs el obstáculo principal para Alcira Argumedo, derivación del caprichito universitario de Solanas. Y sobre todo para Jorge Altamira, el trotskista ilustrado y simpático que pide votos, por la televisión, a los gritos. Como pedían, los chicos de su generación, en las propagandas, las «Medias Carlitos».

Que se sepa, hasta hoy, ni la Tía Edelma, ni mucho menos La Otilia, optaron, en la serenidad de Punilla, por las estrictas categorías de la militancia revolucionaria.

Ensayo de orquesta

Para darle alguna significación a las elecciones amistosas del domingo, los optimistas suelen pontificarla como la «gran encuesta» nacional.

La aproximación hacia la verdad, para conocer la cantidad de porotos que mantiene acumulados cada postulante. Tienen valor después de los papelones seriales, que ofrecieron los heroicos combatientes. La vanguardia sacrificada del Frente Encuestológico de la Victoria.

Elecciones amistosasEs un ensayo general de orquesta. Para probar los violines. Que se transforma, voluntariosamente, en la primera vuelta.
Tonterías inofensivas para el intelecto colectivamente común. Para esmerarse en las discusiones gratuitas.
A los efectos de saber, de antemano, si Cristina va a llegar, o pasar, a la frontera del 40. O no.
«Si no llega, fue», dice un anticristinista.
«Si llega, nos empoma», afirma otro.
Adquiere gravitación, para los alquimistas, cuánto le va a sacar al segundo. Si diez, quince, o veinte puntos.
Y también creen que es importante saber, entre tanto descreimiento, quién va a ser el segundo.
Si Alfonsín, El Menoscabado. O Duhalde, el Piloto de Tormentas (generadas).

Elecciones amistosasMartingalas del entrenamiento. Así como el legislativo suele describirse, en el célebre lugar común, como la escribanía del ejecutivo, en la elección del 14 se va a utilizar de escribanía, tío Plinio querido, a la sociedad entera.
Para convalidar los desaguisados que se cometieron desde la política. Y suscribir las decisiones previamente tomadas. Con el pretexto democrático de consultar a la ciudadanía.
Los indignados -en la Argentina- son los electores.
La urna se convierte en la Puerta del Sol.

Porque Cristina, sin ir más lejos, ya se eligió a sí misma. Hizo suspenso. Como si le costara convencerse.
Alfonsín, en cambio, debió imponerse en la compulsa interna que nunca existió. La que no le ofrecieron Cobos, ni Sanz. Máximos amagadores del radicalismo. Dos titanes en el arte de bajarse.
Ni tampoco lo quiso desafiar Binner. También sin competidores a la vista enarbola, por su cuenta, la pureza socialista.
Por su parte Duhalde y Rodríguez Saa, como presidenciables, se legitimaron solos. Uno al otro. Después del papelón de pelearse, y suspender aquel picadito del Peronismo Federal.
A Carrió la designó, en una ceremonia democrática, el espejo.

Runas de Punilla

Allá, entre los paisajes majestuosos de Punilla, ustedes tienen que seguir los movimientos de De la Sota.
El astuto viene en alza. Vigorizado por su mentalista brasileño.
Después de haberse asegurado la suya, la gobernación, De la Sota mantiene su propia lista de diputados. Con Caserio, el caudillo de su zona.
De la Sota va sin candidato presidencial. Es decir, sin Cristina. Asume la pedantería de confrontar con el cristinismo, que también tiene su lista.
Elecciones amistosasExplíquele a la tía Edelma, mientras le ceba mates, que el resultado de las elecciones amistosas, a De la Sota, le importa menos que un pepino. La suya está.
El pragmático, para negociar con Cristina, prefiere las vísperas de las elecciones reales. Las de octubre. Cuando el cristinismo se encuentre aún más desesperado. Necesitado de arreglar.
En cordobesismo básico, el mecanismo se llama «subir el precio».

Dígale a tía Edelma, por último, y sobre todo a La Otilia, que tienen que probar con la Tirada de Runas. En especial con La Cruz.
Para tirar La Cruz hacen falta cinco runas.
Es acaso, La Cruz, la tirada de runas más poderosa. Sirve para comprender las fuerzas superiores. Y conectarse con ellas.

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