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Cristina. Y el resto es paisaje

Peronistas kirchneristas y kirchneristas no peronistas. El neo entrismo.

Jorge Asis - 28 de julio 2011

Cartas al Tío Plinio

Cristina. Y el resto es paisajeTío Plinio querido,

«El peronismo será kirchnerista o no será nada».
Sin mayor rigor, le atribuyen la sentencia a Carlos Zanini, el López Rega sin Magia.
Cada día, a Zanini, en el peronismo se lo respeta menos. Progresivamente, en treinta días, van a hacer cola para vituperarlo.
Sin intención de compadecerlo, hay que aceptar que Zanini debió comerse los «Garrones al natural» (cliquear).
Derivaciones de los desastres ocasionados, en conjunto, entre la madre y el hijo. Cristina y Máximo.
Por el desbarajuste en la confección de las listas. Hasta ahí, Cristina venía bien instalada. En el techo. Lo más pancha. Para algarabía de los combatientes del Frente Encuestológico de la Victoria.
Pero desde las designaciones, Cristina comenzó la pendiente. La caída. Desde las derrotas, viene en picada.

El neo entrismo

En la práctica, el kirchnerismo, en su versión cristinista, vuelve, tío Plinio querido, a estrellarse. A estamparse el helado en la frente. Por definitiva vez.
El efecto del «Vestidito negro»(cliquear) resulta menos efectivo. Harta. Como el exceso de la Cadena Nacional.
Cristina. Y el resto es paisajeSin las esporádicas brillantinas de Fuerza Bruta, el «modelo» se desinfla. Como el infatuado «acompañamiento de la sociedad».
Persiste, con la magnitud de la esperanza, la transformación socio cultural del Fútbol para Todos.

Cristina necesita construir otro relato que sea fantasiosamente cautivante. Para tergiversar el patetismo evidente de la declinación.
Para colmo Máximo, el hijo inadvertido en vida de El Furia, supo inventarse el rol del acaparador. Líder de la eficiente Agencia de Colocaciones La Cámpora.
En versión grotesca, y aún sin estampidos, a través de la fragilidad generacional se reitera aquel «entrismo» de los 70. Hacia el peronismo que pretenden transformar, en kirchnerismo. Montados sobre la nube de inspiraciones literarias.

En el otro rincón, y a los efectos del estudio, persiste, tío Plinio querido, la línea vencida. Por el «neo-entrismo».
Para que le explique después la interna a la tía Edelma:
Los peronistas-kirchneristas, en materia de influencia, fueron desplazados por los kirchneristas no peronistas.
Entre los dos, Cristina, que es una frepasista tardía, se inclinó por los kirchneristas puros.

Los peronistas-kirchneristas, para que lo entienda la tía Edelma, y La Otilia, se referencian en Julio De Vido. Es quien se recompone, en medio de la debacle.
Cristina. Y el resto es paisajeLos más desconfiados, que abundan, aseguran, en su resentimiento, que la recuperación de De Vido huele al gas del Qatar.
Por los trece mil palos verdes de inversión que se imponen. Es la penúltima posibilidad de fortalecer la caja del espíritu. El modelo nunca muere.
Sin depender, en exclusiva, tío Plinio querido, para el logro de algún consuelo moral, de las «órdenes de compra» del ANSES.
Metodología que desemboca, invariablemente, entre las tinieblas del agujero negro.
Estos muchachos van a dejar un buraco de la dimensión de un precipicio (espere otra carta).

Pero De Vido no está solo. Lo acompañan otros peronistas-kirchneristas, que fueron cascoteados por los entristas puros. Con el patrocinio de Cristina, la frepasista tardía.
Conste que lo humillaron, tío Plinio querido, a Mazzón. Máxima hazaña de Zanini y Máximo.

Después del costoso triunfo en Catamarca, al Chueco Mazzón le llegó, anticipada, la noche. Como también a Nicolás Fernández, pero porque les salió mal la profanación de La Pampa. El cambiazo por una camporista que terminó en el portazo del senador Verna.
Lo aplaudió, a Verna, la mayor parte del peronismo enojado. Lo componen los peronistas que en octubre, a Cristina, van a cortarle la boleta (pero aún no lo cuente).

Choricerías

No obstante en la Argentina, hasta hoy, sólo existe Cristina.
El resto, tío Plinio querido, es paisaje.
Al menos, Cristina se cae. Decepciona. Espanta. Pero sigue, aún desmembrada, en el centro.
El problema es que no hay nada, en el paisaje, que se destaque. Para atraer la atención del pasajero. Que espera.

Cristina. Y el resto es paisajeLas balas de teflón se incrustan. Entre la desorientación y el desconcierto del modelo.
El Frente Encuestológico de la Victoria quedó violentamente deslegitimado. Brota, en las confidencias, la posibilidad de la derrota. Que Cristina, en octubre, sea boleta.

El gabinete es una suma de inexistencias. Los ministros, en su gran mayoría, están para ser cambiados.
Con alguna excepción, como la señora Garré. Frepasista sostenida por equívocos que no tardarán en dilucidarse.
(Hay que seguir con atención los pases de facturas que se aguardan en La Federal, humillada por la intervención de la Gendarmería).
Podrá quedar también la señora Giorgi. Aplaude con énfasis. Salen, de sus manos, chispas.

A Randazzo, desde lo más alto del poder, se lo subestima. En exceso.
A Timerman, en cambio, tampoco lo consideran. En la Casa-Casta saben olfatear la transitoriedad.

Pese a los esfuerzos orales de heroico boy scout, siempre listo para defender lo imposible, trasciende que Aníbal, El Premier, mantiene el acceso vedado en Olivos. Se marcha, para algarabía de Garré, hacia la letanía protegida del senado.

Sin embargo, a quien esperan los peronistas, es al ministro Boudou, el vicepresidenciable. Para facturarle las choricerías derivadas de su posición adelantada.
Cristina. Y el resto es paisajePor haberse quedado, desprolijamente, en su insaciabilidad, junto al entrañable Nariga -el Héroe del Sobre de Telam-, con la empresa productora de billetes, de curso legal.
El eje Nariga-Boudou supo armar un poderoso grupo inversor, presidido por un gran Monotributista de Categoría B.
Suerte que Brito, a través del idóneo Lanusse, entra sigilosamente. Para darle, al sublime espiritualismo, una pátina profesional de honorabilidad.
Se explica entonces que Alejandrita tenga que multiplicarse para atajar los penales. Para que las choricerías no estallen en los medios y salpiquen a su cliente principal.

Hociquear

Se expande el temor, tío Plinio querido, al hociqueo de octubre.
Comienza a evaluarse, para eficacia del relato, el efecto sorpresa.
La idea de instalar un gabinete de primer nivel. Con incorporaciones de peso. Que oxigenen, antes de octubre, las asfixias del plantel.
Pero el gabinete de lujo se convierte en otra utopía. Como la del modelo a profundizar.
Cristina. Y el resto es paisajeA esta altura de la carta, Cristina sólo puede funcionar con estos ministros. Los que tiene. Que se conformen con aplaudirla, de pié, en los actos. Dos veces diarias. Aunque no pontifique siempre por Cadena Nacional.

Dígale a tía Edelma que le conviene dejarse llevar por las profecías semanales del Tarot.
Las cartas tiradas para esta semana, que corresponden a su signo, Piscis, son El Diablo, El Mundo y El Loco.
Para La Otilia, que viene cada vez más fatal, tengo la receta para atraer exclusivamente el amor afrodisíaco.

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